Es imposible hablar de San Telmo y Chacarita y no mirarnos de frente.
Es imposible tomar la línea B y creer que puedo olvidarte. Alem sos vos, yo soy
Lacroze. Somos dos personajes con una historia única y anónima en la inmesidad
de Buenos Aires. Pero esta vez no hay alcohol que salve. No anestesia porque estás presente en cada sabor, en cada combinación etílica. Nos resfrescamos en vino blanco y besos. Hicimos la plancha en gin y amor. El verano fue intenso y el invierno nos destrozó.
Tu viento a favor, tu vela desplegada, tu cruce a través del
umbral el miedo. Yo me quedé de este lado, agazapada a pesar mío, me quedé
conmigo que a lo lejos no era buen augurio.
Confirmo en silencio lo peor que descubriste con el tiempo: cobarde. Me
congela el sudor, innegable. No sabía cuánto iba
a entristecer.